Subastan por más de 29.000 dólares un cuadro trocado hace 52 años

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En el momento de su muerte en 1970, la pintora canadiense Maud Lewis era casi desconocida y vivía en la pobreza. Ahora, sus obras cuestan decenas de miles de dólares.

 

London, Canadá.- Un cuadro que los dueños de un restaurante de London, en Canadá, recibieron a cambio de unos bocadillos en la década de 1970, resultó ser una valiosa pintura de la ahora reconocida artista Maud Lewis.

Según relataron a The Guardian este domingo Irene y Tony Demas, la práctica del trueque era bastante común en aquella época. Por ejemplo, cuentan que cada día llevaban sopa y un bocadillo a la floristería local, y que por ello recibían a cambio flores frescas. Por lo tanto, no fue excepcional la propuesta del pintor británico John Kinnear, quien les ofreció cuadros suyos y de sus amigos a cambio de sándwiches de queso a la parrilla.

Un día, Kinnear apareció en el restaurante de la pareja con una selección de unos cuadros vívidos y al mismo tiempo simples que representaban escenas de la vida rural canadiense. Las obras, cuya autora era Maud Lewis, no impresionaron mucho a Irene.

“Estuve mucho rato sentada en silencio. Nunca antes había visto un arte como ese. Al principio pensé que estaban jugando conmigo o que se trataba de una broma”, recuerda la mujer.

Aquel día, la pareja se quedó un solo cuadro, uno de un pequeño camión negro circulando por una carretera en otoño. Dado el estilo primitivista de la obra, lo colgaron en la habitación de su hijo.

Cuando el cuadro pasó a manos de los Demas, su autora era casi desconocida. Lewis murió en 1970, y los últimos años de su vida los pasó en la pobreza, ignorante de que la fama le llegaría de manera póstuma. Ahora, sus poco convencionales pinturas cuestan decenas de miles de dólares. Por lo tanto, Irene y Tony decidieron vender la obra, así como tres cartas de Kinnear y Lewis. La casa de subastas Miller & Miller evaluó el lote en cerca de 27.000 dólares, pero la oferta actual supera ya esta estimación y es de más de 29.000 dólares.

Cuando la subasta haya concluido y reciban el dinero, los Lewis aseguran que lo gastarán en sí mismos, señala Irene.

“Mi esposo tiene 90 años y yo no creo que vaya a vivir 50 años más. Los niños nos dicen: ‘Gastad el dinero y viajad, simplemente disfrutad de la vida'”, explica la mujer.