La guardia costera de Trinidad y Tobago abrió fuego este domingo contra una embarcación de 20 migrantes venezolanos que salieron desde el Oriente de Venezuela hacia ese destino. En el incidente murió un niño de un año y resultaron heridos varios de sus tripulantes. La madre del pequeño, identificada como Darielvis Sarabia, también sufrió heridas. En la embarcación viajaban varios adultos y menores de edad, una de las cuales estaría desaparecida.
El resultado de esta crisis, producto de la grave situación política, económica y social que vive Venezuela, se ha saldado con deportaciones y envíos a prisión en algunos casos. Varias embarcaciones se han hundido tratando de llegar a Trinidad y han muerto, al menos, 20 personas.
El Gobierno de Trinidad y Tobago, cercano a Caracas en lo político, pero particularmente hostil con los venezolanos que emigran, emitió un comunicado en el que reconoce que las fuerzas fronterizas de este país dispararon contra la patera. Argumentan que el bote no atendió a la voz de alto y embistió contra los guardias. Los disparos, sostienen, buscaban neutralizar el motor y fueron “hechos en legítima defensa”.
El incidente ha generado una ola de indignación en Venezuela contra las autoridades de Trinidad y Tobago. Las críticas en redes sociales de activistas, artistas y ciudadanos comunes se han dirigido también contra del Gobierno de Nicolás Maduro y la oposición venezolana.