Desde su pueblito, La Jaguita de Tenares, Adelson Aguasvivas siempre soñó dedicarse a la computación. En efecto, narra que su hermano siempre lo encontraba leyendo sus libros sobre ingeniería y decidió regalarle una computadora a sus ocho años para que comenzara a practicar. “Ese fue el inicio de todo”, dijo.
A los 10 años, Adelson se mudó junto a sus padres al El Bronx. “Tuvimos una vida muy inestable ya que teníamos que mudarnos muchas veces de un sitio a otro. Mi abuela vivía en un apartamento donde no podíamos quedarnos mucho tiempo. Mi papá trabajaba empacando compras en un supermercado y mi mamá limpiaba casas y no siempre conseguía buena paga”.
Sin embargo, este joven dominicano dice que siempre recordó las palabras de su madre, quien le expresaba que a pesar de la crisis y las carencias económicas su único trabajo era estudiar.
“Mi mamá me dijo que nos estábamos mudando a Estados Unidos para poder darme un mejor futuro y eso nunca se me olvidó. En mi corazón siempre estuvo la intención de poder devolverles todo el sacrificio que hicieron por mí y que no tuvieran que trabajar tanto”, resaltó Aguasvivas.
Adelson narra que desde que entró a la secundaria comenzó a buscar qué iba a hacer con su vida después de terminar la escuela.
“Yo tenía estos sueños locos de estudiar en Harvard, pero no tenía a nadie a mi alrededor que me ayudara o que conociera el proceso y me ayudara a aplicar, así que una amiga y yo comenzamos a buscar asesoría en la escuela para que nos ayudaran”, narra el dominicano.
“Yo apliqué a todas las universidades que eran reconocidas en ingeniería en Estados Unidos, algunas cerca de mi familia y otras un poco más lejos”, expresó.
Fuente: NV